Vengo de una larga línea de mujeres que usan la comida como algo emotivo. Pasé mi infancia con mi Buela yTías, sentadas en la mesa conversando acerca de la vida, compartiendo los últimos chismes y haciéndonos sentir bien con comidas caseras. La comida siempre se consideró el modo de como curar las penas.

Si bien había un lado positivo en comer en comunidad, también estaba rodeada de un “comer según las emociones” que era poco saludable y la costumbre de aliviar los problemas y ansiedades a través de la comida. Además, a las mujeres latinas se les ha inculcado durante mucho tiempo la idea de que hay que tener curvas y que el cuidado de nuestras familias es lo más importante. Estos dos extremos, obsesionarse con su apariencia y descuidarse por el bien de los demás, tienen algo en común; el dejar que otras personas dicten lo que debería hacernos felices como mujeres.

He descubierto que para amarte sinceramente a ti misma y sentirte como en casa en tu propio cuerpo, se necesita una nueva forma de abordar la vida. Esto incluye tener un conocimiento dietético adecuado y mantenerse activo, pero también tomar decisiones saludables en lo que respecta al

cuidado personal físico, mental y espiritual. Esto se debe a que cuando

estamos emocionalmente llenos y completos, ya no necesitamos depender de una alimentación excesiva o insuficiente, estándares de belleza poco

realistas o el elogio de los demás para que nos sintamos seguras y valoradas.

Mi camino para servir es redefinir la alimentación saludable y la imagen corporal saludable dentro de la cultura latina.

¡Espero con entusiasmo trabajar contigo! ♥

Si no eres latina y te sientes identificada con este mensaje, yo por supuesto que también te ayudo. Tengo genes latinos pero soy multicultural y soy una mujer como tú.